Es verdad, no es la mejor época para pensar en viajar en exceso, o por lo menos para planificar viajes a largo plazo, pero también es verdad que poco a poco vamos viendo la luz y estamos seguros de que en breve podremos volver a sentir esa libertad que tanto echamos de menos.

Pero eso no quiere decir que ahora no podamos viajar, sino que tenemos que tener mucho más cuidado, revisar las condiciones y los requerimientos según destino, y no estará de más contratar un seguro que nos permita cancelar en caso de que se vuelvan a cerrar fronteras.

Pero ahora es el momento perfecto para esos viajes de última hora, aquellos que nos dan aire para seguir, que nos dan un chute de energía que tanto necesitamos. Pero como siempre, con mucha cautela y precaución, y siguiendo las instrucciones oficiales.

Porque viajar es la mejor medicina, es un remedio natural perfecto para muchos aspectos tanto físicos como psicológicos, ¡y no lo decimos solo nosotros! Así que estad atentos a todos los beneficios que os exponemos a continuación, ¡pueden ser una muy buena excusa para viajar!

Conocer más a los demás y/o a uno mismo

Un viaje lo podemos plantear desde diferentes perspectivas. Podemos salir con la familia, únicamente con amigos, con la pareja o incluso podemos organizar algo para viajar solos.

Pues bien, dependiendo de quien te acompañe, te aportará una cosa u otra, pero lo que está claro es que si vas con más personas, un viaje te dará la oportunidad de conocer más a tus acompañantes y de crear una experiencia inolvidable que podréis recordar con el tiempo.

En el caso de viajar solo, seguramente tendrás la oportunidad de conocerte más a fondo, de pensar y replantear cosas, de abrirte a nuevos caminos… Dependerá del tipo de viaje que tengas organizado o simplemente planteado, así que elige bien dado que según lo que necesites mental y físicamente, te encajará más un lugar u otro.

Un claro ejemplo de esto es el Camino de Santiago. Muchos organizan un viaje de este tipo por el lugar, por sus gentes, por el esfuerzo físico y el poder de superación que se necesitan y por supuesto por el aprendizaje que se hace de uno mismo, dadas las horas en las que simplemente podemos meditar o pensar, pero en un entorno ideal.

Y es en momentos como este, en los que también tenemos que aprovechar al máximo todas las oportunidades que se nos ponen por delante. Y una de ellas, muy importante, es aprender de todo y de todos. Es decir, impregnarnos de las diferentes formas de vivir y de ver la vida de las personas, sus culturas, sus creencias, sus remedios, su manera de afrontar la vida. Es algo que nos nutre en gran manera y que podremos aplicar en nuestro día a día, a la vuelta.

Y ya no solamente esto, sino que tenemos que aprovechar para «abrir los ojos» y dejar atrás esos perjuicios que tenemos ante lo desconocido. Y eso solamente lo remedia la experiencia, así que te recomendamos que hables con los habitantes que te encuentres, que les preguntes, que te intereses por ellos, ya sea preguntado por el mejor restaurante de la zona, por el súper que caiga más cerca o por la parada de bus que nos lleve a un destino concreto.

Un chute de felicidad

Viajar nos da esa sensación de felicidad, de alegría, de optimismo, que tanto necesitamos. Esa ilusión antes del viaje por ver algo nuevo, durante el mismo, al descubrir nuevos lugares o disfrutar de aquellos que ya hemos visto, y al llegar recordando las experiencias vividas… ¿Os suena? Es algo que nos hace desconectar de nuestros problemas, soñar, disfrutar… Y todo ello se convierte en una inyección de positivismo, de creatividad, y de relajación absoluta.

Y, como a muchos nos pasa hoy en día, si eres de los que sufre ansiedad o estrés, o incluso las dos cosas, tienes que saber que viajar es la mejor medicina que existe. No es gratis, es verdad, pero siempre podemos organizar un viaje low cost que nos aportará exactamente lo mismo. Lo único importante son las ganas de uno mismo por disfrutar, por vivir y desconectar de nuestras obligaciones, de nuestros problemas o simplemente del estrés mental que acumulamos a lo largo del día.

Nuestra salud física también mejora

Está claro que viajar nos estimula en muchos sentidos, así que no es raro pensar que puede afectar positivamente a nuestra salud. Y hay dos partes esenciales que será fácil de entender que se vean positivamente afectadas, como son el corazón y el cerebro.

La primera, el corazón, es porque se dice que quienes no viajan, tienen un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio. Y es que es fácil pensar que relajarnos, destensarnos, mejorará nuestra salud física. Así que ya sabéis, por el bien de nuestro corazoncito, ¡tenemos que viajar! 😉

Y la segunda, nuestro cerebro. Dicen los científicos que viajar nos ayuda a crear nuevas conexiones en el cerebro, algo que mejorará nuestra memoria, la agilidad mental o incluso la capacidad de aprendizaje. ¡Todo son ventajas!

Así pues, ¿qué hacemos?

En conclusión, ¡tenemos que viajar! Con precaución mientras así se requiera, pero tenemos que buscar la oportunidad de enriquecernos física y mentalmente a través de los viajes, de las nuevas experiencias, de las aventuras, de la curiosidad y la diversión. Porque todo ello hará que desarrollemos nuevas capacidades o que curtamos las que ya teníamos y sobre todo, porque pondremos un granito de arena más para llenar nuestro reloj de arena particular de la felicidad.

¿Planificando el próximo viaje? 😉