Es evidente que en estos últimos meses, incluso parece mentira pero ya podemos decir «en este último año», han cambiado muchísimas cosas. La llegada y permanencia de la pandemia nos ha obligado a modificar nuestro estilo de vida, nuestros planes inmediatos, los más a largo plazo, nuestras vacaciones, un erasmus, relocation, celebraciones… Y aún seguimos en ese estado de «break», esperando que pase cuanto antes y podamos recuperar esa libertad que ahora tanto valoramos.

Y es que, tenemos la esperanza y estamos convencidos de que todo pasará pronto, de que en breve podremos recuperar esa esperanza e ilusión (que no deberíamos perder pese a todo) por volver a hacer todos aquellos planes que han quedado pospuestos, como los viajes.

Y todo aquello que nos va pasando en la vida, modifica en parte nuestra personalidad, nuestros pensamientos e ideologías o incluso nuestros planes de futuro. Y no podía ser menos en cuestión de viajes.

El pasado año, en 2020, tuvimos que cancelar, o en el mejor de los casos posponer, nuestros planes vacacionales, también algunos tuvisteis que abandonar un erasmus aún sin finalizar, posponer planes de relocation, etc. Pero en algún momento, creemos que más cercano de lo que parece ahora, los retomaremos con más fuerza si cabe.

Es más, se piensa que este verano ya podremos vivir una temporada lo más parecida a lo que teníamos antes, es verdad que con algunos cambios, pero el ser humano tiene una capacidad inmensa de reinventarse, de amoldarse a las nuevas situaciones, y de seguir disfrutando de ellas.

Pues bien, veamos cómo será ese «reinventarse» o «amoldarse» a la nueva situación, y cómo modificará nuestra manera de viajar en los próximos años.

La seguridad

Estos meses han sido difíciles, pero como estamos acostumbrados a escuchar: «De todo se aprende». En este caso hemos podido comprobar, cómo las medidas de seguridad que se nos han impuesto, realmente nos protegen. Y esa sensación de seguridad, no solo la queremos para nosotros y nuestro hogar, sino que también la exigimos en nuestro entorno laboral, familiar y por supuesto vacacional.

Así, ahora nos interesaremos mucho más por los protocolos de seguridad que siguen las compañías de transporte, hoteles, casas rurales y cualquier instalación que tenga que ver con nuestro viaje y pueda influir en nuestra seguridad.

Acostumbrémonos, por lo menos por una buena temporada, a los geles hidroalcohólicos, las mascarillas, los purificadores y otras medidas que nos acompañarán en nuestros viajes y que cuyo uso será determinante para nosotros, a la hora de elegir una compañía u otra.

Reservas sin sorpresas

Cuando nos relajamos, también se relajan nuestras exigencias. Pero ahora estamos en una situación totalmente contraria, en la que acabamos de pasar por cancelaciones y en muchos casos, por pérdidas de pagas y señales.

De manera que ahora los viajeros seremos mucho más exigentes en el momento de la reserva. Será un plus añadido y algo que decantará la balanza, el hecho de que en los servicios que contratemos exista una flexibilidad para poder modificar, cancelar o aplazar cualquiera de ellos, sin que nos suponga una pérdida de dinero y tiempo. De hecho, los seguros y las condiciones de los mismos, también serán algo imprescindible en nuestros futuros viajes.

Nuevo concepto: «Workation»

Y otra de las cosas positivas que nos ha traído esta situación es el teletrabajo. Si antes era algo residual, que se hacía en trabajos concretos, ahora las empresas se han visto obligadas a instaurar este nuevo modelo de trabajo. De hecho se dice que es algo que ha llegado para quedarse, porque ha resultado ventajoso tanto para la empresa como para el propio trabajador.

Y esto nos lleva a la aparición de un nuevo concepto: «Workation». Como ya podéis intuir, viene de «work» y «vacation» y consiste en combinar el trabajo con las vacaciones o la búsqueda de estar en un entorno en el que una vez cerremos nuestro ordenador, portátil o tablet, podamos disfrutar de un ambiente que haga que nuestra desconexión sea completa.

Así, muchos hoteles, casas rurales, o incluso a nivel más global se han hecho campañas por parte de países o ciudades que «venden» ese entorno de confort total y desconexión, en un lugar en el que también podremos trabajar en las mejores condiciones (conexión, amplitud, iluminación, etc.).

¿Qué os parece trabajar desde una casita rural en la montaña? ¿Y desde un hotel con vistas al mar? ¡O incluso en otro país!

¿Por qué tipo de viajes nos decantaremos?

Destinos, acompañantes, tipos de viajes… ¿Cómo habrá cambiado esta situación nuestra forma de viajar? ¡Vamos a verlo!

Vínculos y burbujas

Nos hemos visto obligados a separarnos de quienes más queremos, de estar temporadas demasiado largas sin poder estar cerca. Y aún seguimos sin poder abrazarnos como antes, darnos un beso de bienvenida o de simplemente poder disfrutar de la compañía lo más cerca posible. Y es algo que nos ha hecho darnos cuenta de lo importante que es tener a nuestro vínculo familiar cerca.

Y es por eso que nuestros planes más inmediatos, tienen como objetivo poder buscar un destino vacacional que podamos disfrutar en familia o en pareja.

Y esa inercia que tenemos ahora de encontrarnos con grupos o burbujas más pequeñas, también será una tendencia inmediata en nuestros viajes. La búsqueda de la seguridad también pasará por hacer planes con personas de nuestro círculo más cercano o incluso con nuestros compañeros de piso, con quienes hemos compartido muchos momentos en este último año.

Destinos ansiados

Es posible que en un inicio, nuestra esencia precavida nos lleve a viajar a destinos dentro de nuestro mismo país. No está de más conocer mejor aquello que tenemos más cerca, ya que a veces ponemos la mirada en destinos diferentes y nos perdemos descubrir lugares increíbles que estaban «a la vuelta de la esquina».

Pero poco a poco, y en cuanto las restricciones gubernamentales de todos los países se vayan relajando, y el peligro se vaya diluyendo, la tendencia en nuestros viajes será recuperar aquellos destinos con los que siempre hemos soñado.

La sensación de recuperar el tiempo perdido, o incluso de aprovechar mientras podamos, hará que queramos vivir en la medida de lo posible, todos los sueños que tengamos por cumplir… ¡Nunca se sabe cuándo vendrá una pandemia para paralizarlo todo!

Menos masificación, más naturaleza

Y ese miedo o precaución que nos ha quedado en el cuerpo, también influirá en los destinos y los planes de viaje que hagamos. Por una parte, buscaremos en mayor medida destinos en los que estemos más en contacto con la naturaleza, ya sea montaña o playa, en los que los espacios abiertos tengan más protagonismo. Y huiremos un poco más de las masificaciones, de grandes ciudades donde en ciertas épocas no cabe ni un alfiler.

Sostenibilidad

No es un misterio, el hecho de que cada vez estamos más concienciados con el cuidado del medio ambiente. Y ese pensamiento nos lleva a organizar viajes en los que nuestra «pisada humana» sea mucho más cuidadosa con el entorno.

Así, llegan los «slow travel», en los que intentaremos disfrutar con calma de un lugar: cada rincón, su gastronomía, su cultura, sus gentes… Buscaremos servicios y lugares sostenibles, como los llamados «hoteles verdes» en los que la huella ecológica que dejan es mínima.

Last minute

Y cómo no, esa continencia que llevamos en los últimos meses, hará que no nos pensemos tanto cuando lleguen esos impulsos en los que la improvisación juega un papel muy importante.

Un jueves por la tarde, el descubrimiento de una oferta de última hora, y te ves un viernes por la tarde viajando a un destino inesperado. Esos planes de última hora harán que recuperemos esa adrenalina que por el momento tenemos un poco más escondida.

¡En resumen! Ir desempolvando vuestras ilusiones por viajar, vuestros planes de hacer ese erasmus que ha quedado bloqueado temporalmente, vuestra idea de aceptar o pedir esa relocation, o simplemente vuestra intención de ver mundo. Nosotros os acompañaremos y como ya sabéis os haremos llegar vuestro equipaje a destino… ¿Dónde nos vamos? 😉